El problema de chinches que se detectó en algunas instituciones educativas y que fue expuesta por los propios alumnos, podría ya haberse extendido de manera silenciosa en toda la ciudad, dadas las características de sobrevivencia de esos insectos, de su mutación y resistencia a insecticidas comunes, y sobre todo a la amplia posibilidad de viajar y anidarse en la ropa y pertenencias de alumnos, profesores y personal administrativo.

Lo anterior luego de que El Sol de San Luis fuera testigo de que comensales detectaron uno de estos insectos en el pie de una bebida en un restaurante ubicado a unos pasos de la alameda central. En otro caso, una persona usuaria del transporte público reportó que al descender de un taxi llevaba caminando en su brazo, un robusto de esos animalitos.

“Sí es muy probable que ya se hayan extendido, donde hay población grande de hospederos como son los humanos, hay muchas posibilidades de propagarse de manera muy rápida, y es muy serio y difícil erradicarlas, se reproducen de manera oculta con miles de minúsculos e imperceptibles huevecillos”, comentó en entrevista el biólogo Cristian González del Carpio.

El especialista reiteró que los chinches son muy inteligentes, se han adaptado y a lo largo de su evolución han desarrollado resistencia a los insecticidas comunes, pueden estar meses sin comer y pueden no ser visible todo ese tiempo, igual pueden esconderse por ese mismo periodo en tanto pasa el efecto de los insecticidas y vuelven a salir lo que amplía las posibilidades de propagación, por lo que cada vez se requiere de insecticidas mas potentes y más dañinos.

González del Carpio dijo que uno de los problemas para la proliferación de esas plagas es la destrucción y alteración de la ciudad de su forma natural, donde no hay depredadores naturales y la única forma de erradicarlos es a través de insecticidas que lamentablemente arrasan con otros insectos no tan invasivos ni dañinos.

Recomendó recurrir a especialistas para que hagan las recomendaciones mas convenientes y acatar las medidas sugeridas, focalizando el combate directo a la plaga en cuestión y no aplicar insecticidas “al parejo” que van acabando con otras especies importantes para los ecosistemas.